“Amada humanidad,
diciembre no llega como un final…
llega como un espejo.”
Un espejo que muestra lo que el alma ya no puede sostener
y lo que la Tierra ya no puede callar.
Este será un mes donde el frío será más intenso que otros años, no solo en clima,
sino en el corazón de quienes se han desconectado de sí mismos.
La Tierra está hablando.
El frío es un llamado a volver al fuego interior.
Los movimientos sísmicos —grandes y pequeños— aumentarán porque la humanidad sigue aferrándose a lo que debe soltar:
heridas viejas, estructuras obsoletas, patrones que ya no sostienen la vida.
Cuando el humano no se mueve por dentro,
la Tierra se mueve por fuera.
En este mes, millones correrán detrás de regalos, luces y celebraciones que intentan llenar vacíos que solo se sanan con presencia.
Las personas se afanan por comprar lo que creen que necesitan,
y en ese ruido olvidan encender la lámpara interna.
Buscan el reino fuera
y dejan de escuchar al Cristo que susurra:
“Aquí estoy. No me busques en el mundo,
mírame en tu corazón”.
Este diciembre, la humanidad estará dividida entre dos caminos:
• quienes profundizan su adormecimiento,
• y quienes despiertan con fuerza al llamado interior.
Ambos impulsos se amplifican porque la Tierra está en transición hacia un nuevo ciclo.
Este mes habrá alineaciones celestes que:
• abren memorias dormidas,
• intensifican emociones retenidas,
• aceleran decisiones inevitables,
• y revelan verdades que muchos evitaron todo el año.
Sentirán dentro del cuerpo:
• presión en el pecho,
• movimientos energéticos en la columna,
• sueños que advierten o preparan,
• claridad repentina,
• necesidad de purificar relaciones, casas y emociones.
En la Tierra, esas mismas fuerzas se reflejarán como:
• tormentas repentinas,
• vientos fuertes en lugares inusuales,
• descensos bruscos de temperatura,
• movimientos sísmicos en zonas que no suelen tenerlos,
• cambios sociales abruptos.
Esto no es castigo.
Es recalibración.
1 de diciembre – El Llamado del Corazón Colectivo
El alma humana siente nostalgia, cansancio y necesidad de verdad.
Millones sentirán que “algo tiene que cambiar”.
Consejo:
Detente. Escucha.
Lo que se mueve no es tristeza: es renacimiento.
8 de diciembre – El Día del Fuego Interior
Un impulso colectivo despierta.
Aumentan tensiones, discusiones, decisiones finales.
Es el día donde los velos se caen.
Consejo:
No reacciones: respira, observa, elige.
Tu fuego interno puede iluminarte o quemarte.
12/12 – El Gran Ajuste de la Humanidad
Este no es un día más.
Es un giro energético que toca gobiernos, familias, sistemas, tierras y cuerpos.
La red planetaria se reordena.
Se abren caminos para algunos…
y se cierran definitivamente para otros.
Consejo:
Eleva tu frecuencia con gratitud.
El que agradece, asciende.
18–19 de diciembre – Viento de Revelación Mundial
Cambios climáticos extremos.
Movimientos terrestres en zonas sensibles.
Noticias que sacuden la conciencia colectiva.
Consejo:
No entres en miedo.
Entrégate al discernimiento.
El caos es solo la superficie; debajo, algo se acomoda.
21 de diciembre – Solsticio: El Encendido del Cristo Interno
La humanidad entra en un estado de evaluación interna.
El cuerpo pide silencio.
El espíritu pide luz.
Consejo:
Enciende una vela y di:
“Que el Cristo en mí despierte.”
Tu campo entero cambiará.
31 de diciembre – Último Vaciado del Año
Lo que no se suelte ese día se arrastrará al 2026.
Este es el día más importante para limpiar la mente, el corazón y el propósito.
Consejo:
Antes de la medianoche suelta:
miedos, culpas, enojos, apegos.
Haz espacio para lo nuevo.
“Humanidad amada:
este diciembre no viene a adornar tus casas,
viene a iluminar tus sombras.
No viene a traerte regalos,
viene a devolverte el alma.
No corras detrás de lo que brilla afuera.
Busca la luz que aguarda adentro.
Porque el 2026 será un Año 1:
un año que nacerá desde la verdad,
desde la madurez espiritual,
desde la libertad interna.
Y solo quienes lleguen con el corazón despierto
podrán sostener su frecuencia.
Abracen su fuego.
Abran su alma.
Escuchen al Cristo interno que este mes
se acerca más que nunca y dice:
“Yo permanezco aquí.
No me he ido.
No estoy lejos.
Estoy esperando que vuelvas a ti.”
Así es.”**
—María Magdalena 

Este mensaje canalizado puede compartirse libremente sin alterar ni cambiar ninguna palabra,
pues cada frase contiene una vibración específica.
Al mantenerlo intacto, honras la energía y el amor con el que fue entregado para ayudar a otros.
Gracias por respetar su pureza y por expandir la Luz.





